Dec 17, 2009

ignorancia y perfección vs. sabiduría y deficiencia I


Desire is the source of our most noble aspirations and our deepest sorrows. The pleasure and the pain go together; indeed, they emanate from the same region in our hearts. We cannot live without the yearning, and yet the yearning sets us up for disappointment--sometimes deep and devastating disappointment.

-John Eldredge.

Desde siempre, otro deseo más que me mantiene presa es el de la perfección. Encontrarla en las personas, en los hechos, en los lugares, en el pasado, en el futuro. A menudo, imagino una compañía que puede leerme con exactitud hasta el más profundo nivel sin que yo revele mayor detalle (ah, delicioso amor platónico). Un hombre, un amigo, un desconocido, quién sea. Y me ha ocurrido muchas veces: creo ver cómo un acontecimiento se conforma perfectamente, proveyendo todas las satisfacciones deseadas, falto de carencias o inexactitudes. He buscado en largas horas tras el volante, como si existiera, ese lugar perfecto que tiene todo, donde puedo materializar ese sueño que no tiene lugar dónde nacer.

Y peor aún, muchos eventos: con personas, hechos, lugares, he creído que eran perfectos al inicio de mi convivencia con ellos. He sentido la alegría plena que provoca un encuentro perfecto, el silencio feliz del corazón henchido, la saciedad que da la sensación de buena suerte. Me he comprometido acorde a ello. Más tarde, no exenta de repentinos y duros golpes, y en ocasiones tras períodos de tiempo extremadamente largos (años), he tenido que abandonar la devoción que profería a la etiqueta de perfección asignada. He contrapuesto la realidad al ideal y argumentado por ambas partes. He escrito mentalmente las listas de pros y contras, de gozo y dolor, de sabor y sinsabor. Y he tenido que aceptar el resultado. La satisfacción que surgió tras la búsqueda satisfecha, se torna entonces vacío.

Generalmente, lo anterior antecede un período de decepción considerable, en tiempo e intensidad. Una sensación de abandono, de falta de interés y por ende falta de cuidado. En el peor caso: venganza y odio. Prevalece en mí un dejo de conflicto interior: el abandono forzado por la decepción me causa dolor, independiente del exterior. Pero después de un proceso de negación/aceptación, emerge un nuevo sentimiento que abraza y asume la imperfección. Me rindo. Se revela el absurdo. Paralelamente, el brillo de lo deseado se opaca, con tristeza. En la aceptación viene la pérdida del sueño original. Eso que creí que era, no es así. Análisis de la expectativa, de la evidencia, de la incongruencia.

Finalmente, los acontecimientos y yo nos fundimos en la vulgaridad cotidiana. Los ideales se quedan en un mundo imaginario, separado. Lo asumo: desde mi reducida perspectiva, la realidad está llena de fallas y decepciones. Ese concepto tan trillado de "no esperar nada de nadie ni de nada" es como un grillete al cuello que tengo que usar, por mi bien (en teoría). Me vuelvo común y corriente, un ente humano más, imperfecto también, muy a mi pesar. Hay que crecer. Me sacrifico.

Pero de vez en cuando jalo el grillete con tanta fuerza que se rompe, sin que me importe que en el futuro cercano o lejano pueda caer estrepitosamente (cada vez con menos frecuencia, pero aún y quizá con mayor intensidad, caigo) y -con suerte- levantarme con las rodillas desolladas. Sin lograr determinar qué es lo que me hace no aprender, no abandonar, no rendirme, voy de nuevo en busca de eso. Y sin controlarlo tampoco, de pronto, veo de nuevo la perfección. De nuevo parece real.

Entonces ahora, durante esta breve reflexión, me pregunto: ¿no es mi deseo de perfección, ignorancia?, ¿no es sabio acaso el asumir la deficiencia? ¿No es al fin y al cabo dicha "deficiencia" una creación mía? De la reflexión surge un nuevo pensamiento: las dos plataformas de partida son distintas en naturaleza e incompatibles, la imaginada y la real. No son comparables ni acoplables. Debo comprometerme con alguna. ¿Es posible comprometerse de forma distinta de acuerdo a cada situación? Y un poco más atrás: ¿cómo diablos aprendí a funcionar así?, ¿por qué nunca cambié?

No comments:

Post a Comment