Jul 7, 2023

Un capítulo se cierra - y otro se abre

Creo que en este blog se ha escrito acerca de alguien durante muchos años. Creo que son 10 años o algo muy cercano. Han pasado dos años desde el fin de esa aventura de 7, que resultó la experiencia más escalofriante y enriquecedora de mi vida. Cuando regreso a mirarla, me encuentro con una mezcla de colores tan revuelta, que la única sensación certera al final es que no sé exactamente qué o cómo pasó algo o todo. Mi percepción es sumamente variada. Puedo observar la capa de mis juicios, desearme colocar en un lugar de víctima, o de ganadora, o de sacrificada, o de victimaria, o de lo que sea. Pero es eso, una capa de juicio. Es tan irreal como vestirme con un disfraz determinado.

Lo cierto es que en esos años las experiencias fueron muchas, el movimiento interior y exterior fue intenso. El intercambio de energía fue mucho y a muchos niveles. Las implicaciones son las que son. Hoy en día tengo 10 años más y los aprendizajes de esas experiencias. No tengo hijos y no sé si los tenga. Quizá por mi edad ese es el tema que me entretiene con más frecuencia. Una parte de mí siente que es un paso forzoso y necesario, como verme atraída por el polo opuesto de mi magneto interior. Otra parte de mí se da cuenta que mucho de lo que hay hoy se perdería con la llegada de un hijo. La vida se volvería para él o para ella, y ya son 40 años que la vida se trata de mí. No sería un cambio fácil.

Los dos años desde el final hasta hoy han sido oro puro. Gracias a todo el trabajo anterior con la terapia corporal es que he podido ir atravesando cada capa. Los momentos más escalofriantes de estar todavía en la casa de allá, durmiendo cada noche con un terror generalizado en el aire, agarrándome de mi respiración y orando por protección, fuerza y compañía.