Feb 13, 2012

Claridad, paz

La claridad empezaba a tornarse más clara, valga la redundancia. Es decir, podía ver con claridad que la claridad estaba ahí, clara. Sólo tenía que no evitarla, no saturarla, no rayonearla con las creaciones caóticas de mi mente. En la claridad, todo parecía estar bien. Nada parecía suceder en específico, y eso también estaba bien. Las emociones se sentían más claras, más genuinas, más esporádicas. Y en el inter...un silencio, una paz, un descanso, un reposo. Al alterno de las pausas, se venían las confusiones, miedos, intentos por agarrar lo intangible, buscar seguridad en lo turbio. Más la claridad siempre volvía, yaciendo abajo de todo, como línea horizontal inalienable. ¡Esto es vida!, pensé. Empezaba a visualizarme como aquél pasto que antes quise ser. Pequeño, verde, vivo... respirando tranquilo. Así era ahora. Así se sentía la claridad. Sólo me ocupaba un asunto. Generar algo de ganancias económicas. Quién sabe. Con suerte podría lograrlo sin volver a entregar mi alma al diablo. Acentuadamente podía declarar, no volveré a entregar mi alma a nada ni a nadie. Y luego, sólo paz.