La ilusión lo llevó de la mano
alejándolo del sillón
apareció en un lugar lejano
sin moverse, el corazón
inició el viaje entumido
lento, se desperezó
no había nada prometido
lento, se desperezó
no había nada prometido
y sin embargo viajó
sonrió a los rostros inertes
tomó las manos del manco
besó los labios ausentes
y latió, vulnerable y franco
el viaje del sentimiento
no necesita promesas
le basta con el aliento
de lo que pudiera ser
y con sólo imaginarlo
se satura de emoción
y no le importa saber
que todo ha sido ilusión
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