Mar 22, 2010

punto de encuentro


Me dejé de estupideces. No estaba consiguiendo lo que quería por mi culpa, no por la casualidad, no por la circunstancia, no por la geografía. Aunque había insistido en el cuento de que no lo era, en realidad sí lo era, era por mí. Y no aplicaba sólo a eso, aplicaba a todo. Había perdido la conexión a la raíz, había olvidado la puerta al canal principal, había ocultado la entrada al túnel. Todo había sido gradual, casi sin darme cuenta, pero también repentino y consciente. Aunque durante años se había gestado la interrupción de la conexión, al mismo tiempo era identificable el momento y las experiencias relacionadas con ello. Es momento de recobrarla.

¿Pero cómo recobrarla? ¿O era esta pregunta parte de mi resistencia a hacerlo? ¿Cuestionar siempre todo, darle importancia al "cómo"? Era muy posible. Dejarme de estupideces, hacerlo. Hacerlo y punto, sin justificaciones racionales. Sin consideraciones para con las estructuras construídas. Escuchar la intuición y dejarla fluir. Retiro lo dicho, eliminar planes y estrategias. Simplemente serlo.

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