Jul 16, 2009

para sentir, imagino


a veces pierdo toda perspectiva
y simplemente te imagino aquí conmigo.
No me ocupo de darte realidad ni pensamiento,
sólo el efecto tuyo en mí.

A oscuras tras mis párpados...
Siento.
Tus manos sobre mi espalda y tu beso
en mi cuello y mi cabello en tus mejillas.
Y tu voz que me dice "ya descansa".
Y mi cerebro que esperaba tus palabras.

Y sigo escribiendo pero...
Siento.
Mis pies sobre la alfombra y la luz
ámbar que te ilumina el rostro.
Tu pecho de cobre, firme,
y tus brazos de oro, de hierro.

(suspiro) Aún otro verso más y...
Siento.
Tu olor en mi cara y tu lengua
en mi lengua y mis labios
en los tuyos,
y reconozco
que imaginarte y escribir a un tiempo
se torna difícil

(se va el papel).
Sólo quedas tú en mi cabeza,
haces lo que hacías.
Es como cuando era.
Me sentía viva.
Cuando eras mío y yo tuya.

Y te siento tan real
que paso la noche en tu compañía
y al amanecer -seguro-,
con esa energía extraña de las mañanas grises,
me tomas de nuevo y me desnudas,
y me siento nueva.

Despierto con un grato sabor en la cabeza.
Te imagino despertando al despertar y...
Siento.
Que amanecemos por milésima mañana,
que ya (hace tiempo) se ha ido el misterio y el enigma,
y que sólo queda el hogar y su
modesta familiaridad arrasadora

(vuelvo al papel).
Entonces me sorprendo, al darme cuenta.
Sin importar todo lo otro,
todavía,
me gustas tanto.

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