puedo intentarlo en esta vida, pensé, y si no lo logro, puedo morir y desear bajar de nuevo a volverlo a intentar. sonreí, me quité cierto peso de encima. me emocionó la idea de recibir otra oportunidad. levanté la cara. sería para entonces mucho más madura espiritualmente, más capaz, pensé, y podría avanzar desde el último punto de esta vida, hacia adelante, y, ¡entonces sí!, lo lograría. ¿cómo sería esa futura vida en que lo lograría?, ¿quién sería yo?, ¿hombre, mujer, sabio, monje..?
y de pronto me atacó un pensamiento fulminante: ¿y si la vida que estoy viviendo ahorita ya es mi segunda oportunidad?
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