¡Bien, bien, bien! ¡Me da gusto escribir este post! Poco a poco me va cayendo el 20 de que por fin estoy en el lugar y momento en el que deseé estar por meses. Para ser precisa, poco más de un año. Voy a repasar la historia rápidamente para terapearme, ¡como me gusta hacerlo! Todo comenzó en febrero de 2010, cuando casualmente conocí a la que sería mi futura jefa. Yo vivía en el DF y no tenía un plan muy concreto, más que mudarme a Chiapas e iniciar algo relacionado con la selva. Después de que me hiciera una maravillosa propuesta, trabajé en su organización por un año y medio, tiempo durante el cual la maravillosa propuesta nunca se materializó. No me salí del trabajo en ese tiempo porque me había mudado a San Cristóbal y pensé que las actividades en las que colaboraba se afectarían negativamente si yo dejaba el trabajo.
Enseñanza: preocúpate cuando pienses que eres indispensable. Si te quedas en algún sitio porque piensas que todo empeorará si te vas, aunque tu situación personal mejore, empieza a cuestionarte por qué no piensas que mereces que tu situación mejore, y por qué estás tan preocupado por todo el mundo menos por ti mismo... Nadie es indispensable, la vida es corta, ¿para quién la vas a vivir?
El año y medio que estuve en ese trabajo aprendí un montón de cosas. Por fin viví en Chiapas, con sus pros y sus grandes contras también, y me quité esa espinita. Aprendí más sobre mi línea favorita de trabajo y puse en práctica mis conocimientos anteriores, cosas que disfruté mucho. Conviví con gente muy diferente a mí y aprendí de su compañía y sus percepciones. Comprendí algunas dimensiones muy crudas del ser humano en las que no había reflexionado antes. Algo de mi inocencia se fue. Para bien, creo.
Enseñanza: de cierta forma, la pequeñez de estas vidas me hizo ver la pequeñez de mi propia vida. Si nuestras vidas son tan pequeñas, fugaces y triviales (no en contenido, sino como eventos breves en la historia del cosmos), ¿por qué vivir buscando el reconocimiento exterior, que un grupo de gente diga "qué bien, qué capaz, qué bárbara", intentar llenar los estándares arbitrarios de una sociedad, cultura, momento histórico, etc.? ¿Qué aprobación es la que realmente importa?, ¿la de los demás o la de uno mismo? Se necesita valor para no buscar aprobación alguna. Valor y claridad.
Justo antes de mudarme a este lugar, me costaba mucho trabajo levantarme por la mañana, pesaba 84 kg y me torturaba pensando por qué a mis 31 años no tenía una pareja. Estar lejos de mi familia y de sus gastadas interacciones me ayudó a sanar lentamente mis heridas y dolores. Conocí a un hombre maravilloso, empecé a despertarme temprano de forma natural, y perdí 7 kg de peso gracias a una dieta desintoxicante. Leí dos libros que cambiaron mi forma de ver la vida: Born to be Free (Jac O'Keeffe) y Las 5 heridas que impiden ser uno mismo (Lise Bourbeau), entre otros. Mientras se desarrollaba esta relación a distancia con él, fue todo novedoso y la distancia ayudó a atenuar las llamaradas pasionales que en otro momento quizá hubieran resultado homicidas, así que disfruté amarlo, que me amara y, por primera vez, no pensé en bodas, hijos, casas u otra meta, lo cual fue muy relajante y afortunado. Pude experimentar esta relación concientemente, en el momento presente, la mayoría del tiempo. Eso fue algo nuevo para mí.
Enseñanza: por primera vez pude ver cómo hacía, pensaba y sentía muchas cosas simplemente reaccionando a mis huellas infantiles. Siempre en el pasado o en el futuro, nunca en el presente. Me pude ver como una persona con percepciones subjetivas e interpretaciones condicionadas, ni correctas ni incorrectas, pero sí sesgadas. Esto me ayudó dejar ir cargas físicas, mentales y emocionales. Estar en el momento presente me hizo vivir más intensamente y con mayor fluidez. Vivir el presente me ayudó a sobrellevarlo. Y pude disfrutar el momento, con lo que tiene, sin más ni menos. Y lo más importante: empecé a aceptar la vida y la realidad como se presentan, tal cual.
Sin embargo, también, durante todo este tiempo estuve mirando hacia el futuro con ansia y angustia. Cuando se terminara mi contrato con la organización, todo cambiaría. Me encontraría liberada de un compromiso que en esencia no deseaba tener. Volvería, de cierta forma, al mismo lugar en el que estuve hace 2 años: sin compromisos laborales y con el mundo enfrente para hacer lo que yo quisiera. Fueron tan largos estos meses, que mucho tiempo pensé que este momento jamás llegaría. Ahora veo cómo cada mañana me forzé a cumplir con mis responsabilidades, pero sin gusto. Hasta que el momento llegó. El momento en que todo es posible. El momento de tomar estas enseñanzas y abrazarlas con gratitud y entusiasmo. El momento de dejar de reaccionar al ego, a la sociedad, a los modelos, a la cultura, y probar fluir en una auténtica naturalidad. El momento de hacer lo que te dé la gana.
Enseñanza: ten paciencia, todo estará bien. Pero abre bien los ojos. Los espejismos pueden engañarte y puedes perder tiempo en ellos. Trata de no dejarte seducir por los señuelos del ego. Busca lo que tú quieres, lo que amas hacer, lo que te sale natural. ¿Qué importa el resto? Es tú vida, vívela como tú quieras. Y cuídate, no pongas antes que tú a todo lo otro. Tú vas primero, luego, el resto. Siempre que tú estés bien, podrás apoyar a aquellos que amas. Siempre que tú estés bien, te sentirás satisfecho con cualquier resultado que la vida presente. Siempre que te cuides, te apapaches y te mantengas bien alimentado, descansado y en forma, podrás cuidar de ti y de los tuyos. No importa qué suceda en el exterior, procúrate a ti mismo. Y así, todos estarán más felices de estar contigo, ¡y tú mismo estarás feliz de estar contigo!
Han sido meses intensos y pesados. No fue sencillo atravesar este período y tuve muchos momentos de flaqueza, incomodidad, forzamiento, y agotamiento. Hubo muchos sacrificios. No diré que "valieron la pena", sino que rindieron frutos concretos que he intentado esbozar en estas enseñanzas. Las enseñanzas me han hecho una persona más feliz consigo misma, lo cual no se puede valorar. Es algo que finalmente, creo, rinde satisfacción haber vivido. No siempre se abren ventanas en nuestra comprensión. Es grato encontrarme ahora, sin daños colaterales mayores, pasados estos momentos de aprendizaje. Siento que tengo más claridad. No todo está descifrado, nunca lo está de todos modos. Pero ahora tengo mayor confianza en mí misma y en lo que la vida me traiga, y sobre todo, menos miedo de lo que vendrá. Creo que esto es fantástico.
Bien, saludo el futuro. ¡Posibilidades!, ¡cambios!, ¡sueños!, ¡LIBERTAD!!!
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