Hay algo de mí que todavía no me suelta. Es un vértigo profundo y afilado en el fondo de la garganta, es el insomnio inducido, es el nerviosismo del que está alerta sin que haya motivo. Así estoy estos días, con un nudo en el estómago y pensando que se me ha olvidado algo muy, muy importante, pero no logro recordar qué era.
Me aterra y me congela pensar en el futuro, qué será de mí que no entiendo nada de esto, que siempre busco inútilmente estar en lo correcto, qué tal que me equivoco y en unos años miro este presente como un gran error acumulado. Ya puedo ver hacia el pasado y encontrar huecas decisiones, sacrificios, grilletes y miserias que decidí serían mi vida mucho tiempo. Y hoy, ¿puedo ver acaso qué estoy haciendo con mi vida? ¿Puedo darme cuenta de que todo esto -otro gran error- me está saliendo más caro que antes? El tiempo ha pasado y la vida es justo ahora, ya no estoy en tiempos de planeación cuando no se me permitía vivir y todo era como un césped visto a través de una puerta cerrada con llave. Estoy de pie en el prado, ¿qué es lo que planeaba hacer?
Cuando escribí la etiqueta de este blog elegí "Presa de mí misma" para resumir en una frase muy corta mi excusa para escribir todo esto. Podía percibir que no era libre, y que seguramente sería yo la que mantenía este estado hacia mí misma. Pero no ha sido hasta estos días -casi 2 años después- que con cierta claridad percibo que si, que si estoy presa de voces y fantasmas que habitan mi cabeza, y me dicen qué dirección tomar y cómo, hacia dónde avanzar hasta en los procesos más sutiles, esos que están en el fondo del cerebro y casi nadie los conoce. Estoy presa de esta persona que se ha formado desde el tiempo 0, que se fue armando de estructuras y supuestos, y ahora intenta vivir fiel a ellos. ¿Quién soy yo fuera de esta prisión? ¿Quién surge de mí, cuando yo me dejo a un lado?
Matar el yo, matar el ego, conocerse a uno mismo, autocriticarse y analizarse. ¿Cómo saber que no es otra trampa de mí misma? ¿Quién valida la claridad del proceso si soy yo quién presume de la claridad para ahora verlo todo claro? El deseo de liberarme de mí misma me engaña todo el tiempo. Creo que he avanzado, he soltado, he dejado atrás, he perdonado (quizá), he comprendido, he fluído, he cambiado... ¿En verdad será así o estaré siendo presa de otra trampa? Otra trampa que me tiendo a mí misma porque los años pasan y las trampas deben incrementar en sutileza.
Qué horrible sensación cuestionar lo que presumo. Qué desagradable pensar que esta estrategia -esta vida tan fuera del patrón, tan diferente a lo que se esperaría- no es más que un desquite, una venganza de 24 horas continuas, 365 días, a lo que (incluso) amorosamente se me impuso sin conciencia. Qué desagradable pensar que he elegido cautelosamente lo que amo, para mantenerme así presa de mí misma y mis "motores". ¿Qué he hecho?
Y todo lo otro, lo "bueno", a lo que hay que tender toda la vida, imposible alcanzarlo pero no hay que dejar de intentarlo, todo aquello, ¿qué? Las verdades más absolutas y evidentes como la vida en todas sus formas. Y no se me ocurre ninguna otra. Todo ello... ¿Será que puedo liberarme de mí misma si caen todos mis dioses? ¿Y en qué voy a creer cuando ya no crea en nada, ni siquiera en que mi prisión me da -al menos- identidad, dirección y ritmo?
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