Recientemente me doy cuenta de algo que quizá he estado haciendo por muchos años: suelo recordarme de situaciones en las que me ridiculizé a mí misma, u otros me ridiculizaron. Situaciones remotas, probablemente ya olvidadas por todos menos por mí, sin importancia. Pero ahi están, vuelven a mi cabeza y vienen de no sé dónde. Les doy vuelta un rato, hasta que me quema la frente, me vuelvo a sentir avergonzada, y me reprocho en silencio mi estupidez.
Pasan unos días y me olvido de cierto recuerdo, no lo traigo más al presente, sigo mi vida normal. Pero pronto regresa cualquier otro recuerdo doloroso, que en el presente duramente juzgo, y me apeno de haber actuado así, me lo sigo reprochando, y al fin me castigo pensando que ocurrió y es imborrable, que es permanente, aunque está en el pasado.
Aún no logro determinar la razón por la que traigo a colación estos recuerdos. Si es en un momento de baja autoestima o un momento de crisis particular. O al contrario, si en un buen momento me saboteo con este tipo de recuerdos. Lo cierto es que vienen muy silenciosamente, nunca los comento con nadie, me aterra la vergüenza de verbalizarlos tan solo.
muy bonitos pensamientos, deberias buscar sitios en donde los puedas dar a conocer mas, aparte del blog........
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