Tomar café es un enunciado de decisión y temperamento intenso y profundo. El sujeto que toma café no se preocupa si dormirá o no, si se le irritará el estómago, o si se le "alterarán los nervios". El café es una bebida fuerte por definición, para cortar una mañana aburrida o para atizar una conversación tímida y madurarla en intensa. El timorato no pide café, ni el cobarde. Tomar café solo -lo tome con azúcar, con leche o como sea- es un acto de auto-afirmación y seguridad, por el placer de la sensación del que lo toma, y por el íntimo momento que apadrina la taza humeante y el sorbo. Puede mirar por la ventana, al centro de un concurrido lugar lleno de conversaciones, y sin hablar con nadie, acompañarse sólo de pensamientos y café, y un ocasional cigarrillo que combina muy bien (dicen; veo).
Tomar té (del negro hablo) es un enunciado de paciencia y estrategia, premeditación y calma. El que toma té se preocupa por darse un momento de descanso y rendirse ante el aroma de esta infusión tan antigua como el primer tazón. Es una bebida fuerte que no hereda secuelas al que lo toma (excepto en organismos muy sensibles). Bien preparado, puede ser tan fuerte de consistencia como un café, pero siempre será más ligero al gusto. Puede inaugurar una desamparada y joven mañana, haciéndola acogedora, o dar vida a una tarde larga (el té de las 5). El indulgente, el autocomplaciente pide té. Tomar té -con azúcar y leche mejor- es un acto de reflexión, obediencia y costumbre. Aunque se esté solo, puede salvarse con un libro -nunca con un cigarrillo- y, si la historia es buena, el té sabe mejor.
En una mañana clara y fresca, la camarera toma nota con avidez y eficiencia. Hay árboles grandes en la calle y su sombra cobija las aceras. ¿Café, té? Café, le respondo, por favor. ¿Y cómo quiere tomar su café?, ¿con leche y azúcar? Si, por favor, con leche y azúcar. ¿Y quiere un hombre para disfrutar su café? Me parece muy bien, de ser posible. ¿Y cómo quiere su hombre para hoy?, ¿inteligente, sensible, simpático?, ¿prefiere de tipo introvertido y profundo? Me mira fijamente con pluma y libretilla en mano. Pienso un momento. Ella espera paciente. Si, por favor, señorita, un hombre sensible, simpático e inteligente... y profundo también. Muy bien, apunta eficazmente, enseguida. Se marcha con paso ágil por el pasillo. ¡Señorita!, le digo al último momento. ¿Sí?, gira y me mira. Y por favor, ¡que sea un hombre sin complejos!
Tomar té (del negro hablo) es un enunciado de paciencia y estrategia, premeditación y calma. El que toma té se preocupa por darse un momento de descanso y rendirse ante el aroma de esta infusión tan antigua como el primer tazón. Es una bebida fuerte que no hereda secuelas al que lo toma (excepto en organismos muy sensibles). Bien preparado, puede ser tan fuerte de consistencia como un café, pero siempre será más ligero al gusto. Puede inaugurar una desamparada y joven mañana, haciéndola acogedora, o dar vida a una tarde larga (el té de las 5). El indulgente, el autocomplaciente pide té. Tomar té -con azúcar y leche mejor- es un acto de reflexión, obediencia y costumbre. Aunque se esté solo, puede salvarse con un libro -nunca con un cigarrillo- y, si la historia es buena, el té sabe mejor.
En una mañana clara y fresca, la camarera toma nota con avidez y eficiencia. Hay árboles grandes en la calle y su sombra cobija las aceras. ¿Café, té? Café, le respondo, por favor. ¿Y cómo quiere tomar su café?, ¿con leche y azúcar? Si, por favor, con leche y azúcar. ¿Y quiere un hombre para disfrutar su café? Me parece muy bien, de ser posible. ¿Y cómo quiere su hombre para hoy?, ¿inteligente, sensible, simpático?, ¿prefiere de tipo introvertido y profundo? Me mira fijamente con pluma y libretilla en mano. Pienso un momento. Ella espera paciente. Si, por favor, señorita, un hombre sensible, simpático e inteligente... y profundo también. Muy bien, apunta eficazmente, enseguida. Se marcha con paso ágil por el pasillo. ¡Señorita!, le digo al último momento. ¿Sí?, gira y me mira. Y por favor, ¡que sea un hombre sin complejos!
Un cortado o bien un tinto, que me acompañe en mi mañana perfecta, al aire libre y el pasar de gente...leyendo un libro, leyendo un blog.
ReplyDeleteHoy me topé con el tuyo, me huele a café, me sabe a café y me invita a escribir.
Me ha gustado y mucho...