estos días te quiero más que antes. pienso en ti muchas veces -como siempre- pero ahora no llegas tú a mi cabeza, sino algo más que me recuerda a ti, una canción, la luz del sol en el jardín, una taza de té. los veo sin verlos, y de pronto me llega esta sensación de ti, de cuando estabas aquí, de tu cuerpo vivo y caliente. y se me abriga el corazón con un baho cálido y pasajero, y me siento feliz.
estos días te quiero más que antes. el silencio ha dejado de asfixiarme y la distancia me parece cómodo accesorio de los tiempos. no siento tu ausencia ni el vacío inmenso que aquí dejas. todo es como debe ser y todo está en su lugar sin duda. la mañana y su viento soleado ocupan el silencio, y el aire y los árboles de colores ocupan el espacio. tu estás aquí divinamente omnipresente, dentro y fuera míos, sin invadir mi intimidad, acompañándome.
estos días te quiero más que antes. se me ocurren mil preguntas para hacerte. quiero entenderte. comprender de pronto toda tu existencia y tu sentido. pero al siguiente instante me parece que ninguna pregunta puede pedir-te en respuesta. si llego a comprender-te será siendo paciente, dispuesta, sensible, silenciosa, y te deje ser, cerca mío, cuando se pueda. no debo adelantarme a tus relatos.
estos días te quiero más que antes. he dejado de imaginar sobre ti o tus silencios. los significados que extraje del imaginario amoroso se han esfumado y no ha quedado nada para interpretar lo ininterpretable. ahora pasan los segundos y simplemente estás presente, más abajo, más profundo, en un lugar propio, separado de un simple pensamiento de consuelo o de placer imaginado.